Como continuación a nuestro anterior post sobre Arquitectura de la información, podemos indicar que ésta es, básicamente, un conjunto de métodos y técnicas para organizar contenidos de tal forma que puedan ser localizados y utilizados por los usuarios de manera simple y directa.
Para conseguir organizar los contenidos, y que éstos sean fácilmente visibles/localizables por sus visitantes, es preciso que cuando vayamos a crear un sitio web nos realicemos una serie de preguntas en las siguientes áreas:
¿Para qué quiero crear la página web, cuál es el objetivo de la página web?
Pregunta bastante sencilla, ¿no? Si tengo una juguetería, el objetivo principal de la página web será vender juegos/juguetes.
Bien, ya tenemos definido el objetivo principal del site. Pero, nuestra página web no puede ser tan poco ambiciosa y marcarse un único objetivo. Nos podemos marcar otra serie de objetivos como por ejemplo crear con nuestros visitantes o potenciales compradores algún tipo de comunidad, foro, fidelización, etc. Éstos serían los objetivos secundarios de nuestra web.
Los objetivos que nos marquemos para nuestra web no pueden ser tantos como para impedir su cumplimiento; ni tan pocos como para que el sitio sea poco ambicioso. En el término medio, está la virtud.
¿Para qué público objetivo/visitantes está dirigida?
A voz de pronto, si seguimos con el ejemplo de la juguetería y lo que vamos a vender son un tipo de juego determinado, ya vamos delimitando el tipo de personas al que va dirigido, jóvenes entre 16 y 25 años.
Una vez delimitado el perfil de nuestros público objetivo, también debemos de tener en cuenta que hay otros factores que pueden limitar el acceso a nuestros contenidos que se tendrán en cuenta cuando realicemos diseño y desarrollo de nuestro portal, y estos pueden ser: las capacidades físicas, intelectuales o cognitivas de nuestros visitantes, el conocimiento previo que tengan de nuestro site o páginas similares, por el tipo de contenidos que sean de interés del visitante y, por último, la tecnología utilizada tanto la que emplee el cliente para conectarse a nuestra web como la que nosotros utilicemos para el desarrollo de la web.
¿Qué contenidos se publicarán en la página web?
Continuando con el ejemplo de la juguetería, si nuestro objetivo principal es vender juegos, ni que decir tiene que los contenidos a publicar estarán relacionados con los productos y servicios que el usuario podrá obtener y realizar cuando visite nuestro site –compra, venta, consultas, compartir experiencias, aportar trucos, etc.
A la hora de plantearnos esta pregunta y sus posibles respuestas, lo debemos hacer como si nosotros fuésemos un usuario que visita por primera vez nuestra web. Qué productos son los que busco en esta web, cómo los puedo adquirir, si tengo dudas dónde puedo realizar la consulta, hay novedades, dónde están, puedo vender mis juegos, etc.
Del conjunto de preguntas que nos surgirán, éstas las debemos agrupar en dos áreas: una, la relacionada con aquellas cosas que el visitante puede hacer o interactuar con la web; y otra, la relacionada con la agrupación de los productos y su etiquetado.
Se debe identificar de forma clara y sencilla el tipo de interacción que puede realizar nuestro usuario cuando visite nuestro site, como por ejemplo: incluir un formulario de contacto, posibilidad de enviar e-mail de aquello que encuentre de interés a su comunidad de seguidores, posibilidad de imprimir la página, mapa del web, área de clientes o usuario registrados, envío y/o registro newsletter/boletín informativo para usuarios registrados y un buscador –puede tener una versión de búsqueda avanzada-.
Probablemente tendremos gran cantidad de productos a ofrecer a nuestros usuario, recuerde, es muy importante que agrupe los contenidos en conjuntos coherentes y que a dichos conjuntos les de nombres que los identifiquen claramente. Si se realiza bien esta agrupación y etiquetado, estará avanzando en la creación del árbol de contenidos, y con ello, habrá definido el sistema de navegación de su página web.